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El tratamiento del dolor explicado a pacientes y profesionales de la salud

Tratamiento psicológico del estrés postraumático 4.74/5 (120)

El pasado lunes 11 de mayo, la Sociedad Española del Dolor organizó una jornada virtual para discutir cómo la pandemia de COVID-19 está cambiando y cambiará la asistencia a las personas que sufren dolor.

Entre otros temas, se habló de la importancia del impacto psicológico que esta crisis podría tener sobre la población general y, concretamente, sobre las personas que sufren dolor crónico y los profesionales sanitarios que han estado más expuestos al contagio durante la crisis.

Específicamente, se comentó que posiblemente veamos un aumento de los casos de estrés postraumático. Esto se debe a que son muchas las personas que han vivido situaciones de alto impacto emocional durante la crisis: ingresos en las unidades de cuidados intensivos, muerte de pacientes y personas queridas, estar expuesto a contagio, sufrir aislamiento social o que falten recursos médicos o económicos, entre otros.

Un par de días después, desde esta misma web la Dra. Madariaga nos habló sobre su experiencia y la de otros compañeros sanitarios con el estrés postraumático. Nos presentaba además sus síntomas más comunes y nos daba algunas pautas sobre las conductas a evitar para manejar los síntomas, así como los tratamientos que se recomiendan para el estrés postraumático: la terapia psicológica y los fármacos antidepresivos.

En este texto queremos profundizar un poco más sobre los aspectos psicológicos del estrés postraumático para romper con algunos estigmas y falsas creencias asociados a este diagnóstico.

Antes de describir en qué consiste un tratamiento psicológico para el estrés postraumático, hay algunas consideraciones que debemos tener en cuenta:

Una experiencia traumática no se reduce a estar a punto de morir

Sucesos como haber visto amenazada la propia vida o la integridad personal (por ejemplo, una lesión grave), ser testigo directo de una experiencia traumática ajena, ser conocedor de una experiencia traumática de una persona allegada o estar expuesto a detalles desagradables de un trauma ajeno (por ejemplo, al trabajar como profesionales sanitarios) también se consideran traumáticos. 

Presentar síntomas de estrés postraumático no debe interpretarse como una debilidad personal o como algo por lo que deba sentirme culpable.

Hay muchos factores que pueden explicar que una persona desarrolle síntomas de estrés postraumático más o menos intensos, como por ejemplo sus características genéticas, el haber estado expuesta a otros sucesos traumáticos anteriores, sus aprendizajes de afrontamiento, la gravedad y duración de la experiencia traumática experimentada, el apoyo recibido durante y después de vivir la experiencia traumática, etc.

Culparse sólo hace que aumente aún más el propio sufrimiento y verse como alguien débil puede hacer que no se busque ayuda psicológica.

Sin embargo, no todas las personas expuestas a situaciones altamente estresantes desarrollan estrés postraumático ni todas presentan los mismos síntomas y con la misma intensidad.

Por lo tanto, es perfectamente posible que, aunque hayas vivido situaciones muy estresantes durante esta pandemia, nunca presentes secuelas psicológicas graves.

estres post traumatico covid

Antes de empezar un tratamiento, es fundamental que un profesional (médico de atención primaria, psiquiatra, psicólogo clínico o psicólogo general sanitario) realice un diagnóstico adecuado. Debe evitarse, por lo tanto, la automedicación.

Buscar ayuda profesional y compartir las preocupaciones con las personas significativas para nosotros no es aceptar una derrota, es dar un paso hacia la recuperación. Aunque existe aún cierto estigma respecto a la salud mental, el malestar emocional es universal y normalizar el sufrimiento humano es esencial para que buscar apoyo psicológico profesional sea visto de forma natural.

De hecho, la terapia psicológica es el tratamiento con mejor evidencia, sobre todo a largo plazo, para el manejo del estrés postraumático según las guías clínicas científicas.

¿En qué consiste un tratamiento psicológico para el estrés postraumático?

Existen diferentes tratamientos psicológicos con evidencia contrastada para el estrés postraumático, entre los que destacan la Terapia Cognitivo Conductual, la Terapia de Procesamiento Cognitivo, la Terapia de Exposición Prolongada y la Terapia Cognitiva.

Existe evidencia, aunque no tan robusta, sobre otros tratamientos psicológicos, como el EMDR y la Terapia de Exposición Narrativa. Por lo tanto, nos centraremos en lo que podemos esperar, a grandes rasgos, del tratamiento con las cuatro terapias mencionadas arriba que han recibido mayor apoyo científico.

Estos son los aspectos que se trabajan generalmente en estas terapias:

Psicoeducación

Se trata de una primera fase del tratamiento, en la que el psicólogo suele compartir información que ayude a comprender y normalizar los síntomas y las reacciones ante la experiencia vivida.

El objetivo de esta fase es que la persona entienda que algunas reacciones ante un suceso traumático, como por ejemplo evitar pensar o hablar sobre el trauma o incluso realizar conductas tan perjudiciales como beber o tomar drogas para no sentir emociones de forma tan intensa, tienen como objetivo protegernos de lo vivido a corto plazo.

Sin embargo, estas reacciones suelen mantener y empeorar los síntomas, dificultar que el trauma se procese de forma más saludable y dañar nuestro cuerpo (por ejemplo, en el caso del consumo de alcohol o drogas).

En esta fase también suele explicarse en qué consistirá el tratamiento propuesto.

Reestructuración o procesamiento cognitivo

El objetivo en esta fase consiste en identificar y modificar pensamientos que puedan estar manteniendo los síntomas de estrés postraumático como por ejemplo “el mundo es un lugar inseguro”, “es mi culpa que eso sucediera”, “es insoportable tener estas emociones”, “todo es muy injusto” o “no podría soportar que algo parecido volviera a sucederme”.

Para ello se normalizan las conductas realizadas hasta el momento para protegernos del suceso vivido pero se explica que estas mismas conductas pueden estar manteniendo los síntomas y el problema a largo plazo. Aprendiendo además a cuestionar estos pensamientos sustituyéndolos por otros menos dañinos como por ejemplo “en el mundo ocurren tanto cosas seguras como inseguras, no todo es inseguro”, “quizás hubo alguna conducta que pude haber realizado de forma distinta, pero difícilmente fue todo mi responsabilidad y equivocarse es humano”, “aunque no me gustan ciertas emociones, puedo convivir con ellas y huir de ellas solo me traerá más problemas”, “en la vida viviré tanto situaciones justas como injustas, habrá de las dos y puedo vivir con ello” o “aunque sería muy incómodo, podría soportar que algo parecido volviera a sucederme y ahora tengo más recursos para afrontarlo que antes”...

Exposición (en imaginación o en vivo)

En esta fase, el objetivo suele ser que la persona reduzca el miedo a pensar sobre el trauma y aumente su control sobre el miedo. Para esto será importante diferenciar entre lo que puede hacer daño (un accidente de tráfico) y lo que no (recordar un accidente de tráfico).

Exponerse gradualmente a recordar lo sucedido y a situaciones/lugares que se están evitando (la tienda o la sala del hospital donde se vivió el suceso estresante) es importante para ganar seguridad, tolerancia al malestar y, en última instancia, para darle un nuevo sentido a lo sucedido para poder tener una vida más satisfactoria.

El objetivo de un tratamiento psicológico para el estrés postraumático es que la persona experimente los síntomas de forma menos intensa y lleve una vida lo más funcional posible.

Para ello se normalizan las conductas realizadas hasta el momento para protegernos del suceso vivido, pero se explica que estas mismas conductas pueden estar manteniendo los síntomas y el problema a largo plazo.

Por esto, se deben identificar los pensamientos que pueden provocar el mantenimiento de ciertas conductas y emociones y se pide al paciente que se exponga, tanto en su imaginación como en situaciones reales, a recuerdos y situaciones o lugares que se hayan estado evitando por estar asociadas a la experiencia traumática, siempre que estas situaciones o lugares no sean realmente dañinas; por ejemplo, en un recuerdo traumático sobre un accidente de tráfico evidentemente no se expondría a la persona a tener un accidente de tráfico, sino al recuerdo del mismo y a pasear o conducir por la calle donde éste sucedió.

Recuerda, si crees que tú o una persona allegada estáis sufriendo síntomas de estrés postraumático u otro problema de salud mental, supera el estigma y busca apoyo en tu entorno y ayuda profesional.

Post escrito por Carlos Suso Ribera y Almudena Mateos, colaboradores de Tuvidasindolor

Bibliografía recomendada:

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Doctor en Psicología y Profesor de la Universidad Jaume I y del máster de dolor de la Sociedad Española del Dolor. También trabajó durante 3 años en la Clínica del Dolor del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Su investigación se centra en la influencia de los factores psicosociales en la evolución de la calidad de vida y la respuesta al tratamiento médico para el dolor, así como en la creación de tecnología que mejore el tratamiento del dolor.

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