Como decíamos en nuestra introducción a los antiinflamatorios (que sería conveniente que leyeras antes de continuar con este artículo), estos fármacos se clasifican en dos grandes familias: los esteroides o corticoides…(la famosa cortisona) y los AINES o antiinflamatorios no esteroideos…(el ibuprofeno, enantyum y demás..)
Entender qué son y como funcionan en tu cuerpo hará que manejes tu tratamiento con más seguridad, siempre con mucha precaución y sobre todo… ¡sin miedo!
¿Qué son los antiinflamatorios esteroideos (los corticoides)?
Los corticoides o esteroides son, en origen, sustancias que produce nuestro cuerpo de modo natural y nos sirven, entre otras muchas cosas para prepararnos para la lucha y así ayudar a la supervivencia… Un tipo concreto de ellos -los glucocorticoides- actúan bloqueando la síntesis de los mediadores de la inflamación (las prostaglandinas y tromboxanos) en el tejido lesionado o inflamado.
O sea que son… tic-tac-tic-tac…. ANTIINFLAMATORIOS!!
¿Para qué sirven los corticoides?
Los fármacos esteroideos son síntesis artificiales de estas hormonas que cumplen sus mismas funciones fisiológicas. Y no solo se utilizan para tratar las inflamaciones… también para tratar el asma, las erupciones o eccemas de la piel, para evitar en rechazo del órgano en un paciente trasplantado, para controlar procesos alérgicos graves o para paliar los efectos de algunos tratamientos de quimioterapia…
Podrás entender mejor el proceso de la inflamación y como actúan los fármacos antiinflamatorios viendo el siguiente vídeo. Aunque está en inglés, cuenta con subtítulos en castellano que lo explican bien.
Los corticoides se vienen utilizando contra la inflamación desde hace muchos años por lo que conocemos bien sus pros y contras… Y sabemos que, para evitar riesgos, se deben administrar siguiendo unas reglas muy precisas… Lo mejor; son muy potentes y muchos de ellos mantienen su efecto beneficioso en el largo plazo.
Los antiinflamatorios esteroideos (corticoides) pueden administrarse por vía tópica en cremas, geles, gotas (colirios), inhalados… Por vía oral en forma de pastillas, jarabes… También inyectados.
Seguro que en tu botiquín has tenido Prednisona (Dacortín), Prednisolona (Estilsona), Metilprednisolona (Urbasón, Solu Moderin), Hidrocortisona (Actocortina, Hidroaltesona)… que son algunos de los corticoides más populares.
En las técnicas intervencionistas que realizamos en las Unidades del dolor solemos recurrir muy frecuentemente a los corticoides como la Dexametasona (Fortecortín, Inzitán), Betametasona (Celestone Cronodose) o la Triamcinolona (Trigón depot).
Los usamos en inyecciones o infiltraciones de una articulación, un músculo, en la vecindad de un nervio periférico… o incluso en las técnicas epidurales o peridurales para el dolor.
¿Tienen riesgo los tratamientos con corticoides?
¿Son peligrosos los corticoides?
Los efectos secundarios de los corticoides son conocidísimos y en algunos casos pueden llegar a ser muy graves
Los efectos secundarios de los corticoides
Te los comentará en detalle tu médico. De menos a más; los corticoides suelen provocar aumento de apetito (puedes llegar a ganar peso). Podrías llegar a sentir que se te hincha la cara o el tronco por la retención de líquidos; picor y sequedad en la piel; perdida de cabello, insomnio… Dolor gastrointestinal…
Más graves son la aparición de hipertensión arterial, aumento de la presión intraocular (riesgo de glaucoma); el riesgo de osteoporosis, diabetes e incluso trastornos psiquiátricos (psicosis) causados por el tratamiento con esteroides a dosis elevadas y/o durante largo tiempo…
En muchas ocasiones el mal uso es responsable de la mala fama de estos medicamentos.
¿Cómo empezar y terminar el tratamiento con corticoides?
NO EMPIECES POR TU CUENTA UN TRATAMIENTO
Sigue las indicaciones de tus médicos y ponte en contacto con ellos si tienes dudas sobre la pauta o dosis que debes tomar. Y por supuesto, consulta si te encuentras mal o sospechas que estés sufriendo alguno de los efectos secundarios que te hemos descrito durante el tratamiento.
Si tienes que dejar o suspender tu tratamiento con corticoides…
SIN CONSULTAR ANTES CON TUS MÉDICOS
Ellos te indicarán como debes ir reduciendo las dosis de fármacos hasta la suspensión completa…
Vamos…
Que los tratamientos con corticoides se deben SUSPENDER GRADUALMENTE Y SIEMPRE POCO A POCO: NUNCA DE GOLPE
Y la manera de hacerlo -tu pauta de suspensión- deben indicártela …
¡Pues claro!
¡Tus MÉDICOS y ABSOLUTAMENTE nadie más!
(Entre nosotros… a la hora de tomar corticoides mejor abstenerse de preguntar a los vecinos, cuñados… que luego llegan los problemas…)
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