“Ya no sólo es el dolor… Además ahora estoy estresada; me cuesta concentrarme y se me olvidan las cosas… !Hasta las más sencillas!
¿No tendré Alzheimer?”
En consulta muchos pacientes nos comparten esta preocupación. ¿Qué les ocurre? ¿Realmente tienen un problema adicional al dolor?
Cuando el dolor agudo (una alarma de que algo va mal) se transforma en crónico se convierte en una sensación compleja que está relacionada con procesos cerebrales que mantienen el dolor a pesar de que esta señal “de alarma” ya no es útil. Este tipo de dolor conlleva mucho malestar y pérdida de calidad de vida.
Cada caso es distinto… Pero sabemos que muchos pacientes con dolor crónico sufren además problemas de concentración y la pérdida de memoria es frecuente.