Quién sufre una neuralgia del trigémino lo sabe: el dolor que provoca es de tal intensidad que no es de extrañar que la medicina clásica hablara de ella como la “enfermedad del suicidio”. El peor dolor del mundo que llega a condicionar la vida de los que la padecen de tal manera que son habituales los cuadros de depresión, estados de angustia y ansiedad…