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El tratamiento del dolor explicado a pacientes y profesionales de la salud

¿Es necesario hacer una evaluación psicológica antes de la neuroestimulación? 4.8/5 (49)

“No lo entiendo, me duele desde hace años; me han operado varias veces de la espalda, he tomado todo tipo de medicación y cuando me proponen implantarme un neuroestimulador para el dolor… me dicen que “según el protocolo” tengo que pasar una evaluación psicológica… 

¿A estas alturas todavía se duda de mi dolor?

Eso me comentaba María, una paciente que me derivó una Unidad de Dolor, para realizar la evaluación previa al implante de un sistema de neuroestimulación para el dolor.

Es comprensible la pregunta, pero tiene justificación: el objetivo de la evaluación es lograr el mayor beneficio para el paciente con esta terapia

¿Y por qué se realiza en esta técnica y en otras no?

No solo en la neuroestimulación: hay varias técnicas que requieren de una evaluación psicológica previa. Se realiza antes de la implantación de las bombas de infusión intratecales o para un balón gástrico entre otras. Son técnicas con unas características especiales que requieren métodos especiales. En otras ocasiones -como puede ser un bloqueo o una radiofrecuencia– no es necesaria.

La neuroestimulación es un tratamiento intervencionista que se realiza para disminuir el dolor. El objetivo es disminuir el dolor entre el 50-80% ya que el 100% es muy complicado.

Sin embargo no todas las personas con dolor se pueden beneficiar de esta técnica. Resulta eficaz en pacientes generalmente con dolor de tipo neuropático o mixto como por ejemplo el síndrome de espalda fallida, neuropatías o algunos tipos de cefaleas. Con este tipo de problemas físicos nadie puede dudar del origen del dolor. 

La evaluación psicológica no se realiza para averiguar si el dolor es real

Los fabricantes de los sistemas de neuroestimulación y los médicos que trabajan con ellos llevan años intentando mejorar la eficacia de la terapia perfeccionando el sistema a nivel técnico, mejorando la técnica en el implante, asegurándose de ofrecérselo a los pacientes con el diagnóstico y otras características físicas que realmente se puedan beneficiar de esta terapia y eligiendo el momento adecuado para realizar la intervención en cada paciente.

El papel de la psicologia en la neuroestimulacion

Con todo ello hay pacientes que una vez implantado el sistema de neuroestimulación no obtienen la disminución de dolor esperada aun cumpliendo los criterios médicos. Han pasado por una o dos intervenciones para nada con lo que conlleva de sufrimiento, riesgo y frustración; así como un gasto económico para el propio paciente y para el sistema sanitario.

En los estudios realizados se ha visto que ciertas características psicológicas incrementan el beneficio que pueden obtener los pacientes con la neuroestimulación. Estos aspectos son los que se van a tener en cuenta en la evaluación psicológica. Algunos de los más importantes son los siguientes:

¿El paciente entiende en que consiste el sistema y su manejo?

Asegurarse la comprensión de un sistema tan diferente a lo habitual es fundamental. A veces no es fácil para una persona que está en un constante sufrimiento entender aspectos técnicos a los que no estamos acostumbrados.

¿Su estado de ánimo está estable?

Es frecuente que las personas con dolor sufran depresión, ansiedad, o estrés, aunque sea como consecuencia del dolor. Esto influye en la sensación percibida, (por ejemplo, algunos pacientes refieren un incremento del dolor con el estrés) si no estabilizamos el estado de ánimo previamente al implante del sistema es difícil delimitar la eficacia de la terapia sobre todo en la fase de prueba en la que el paciente tiene que evaluar la eficacia de la técnica.

¿Las expectativas a cerca de los resultados que se van a conseguir con la terapia son realistas?

Si se piensa que la neuroestimulación va a quitar el dolor al 100% y luego no es así se produce una gran frustración y no se “disfruta” del bienestar obtenido, aunque sea superior al 50%.

Las dudas sobre lo que va a suponer llevar este sistema, seguridad en la decisión y en el equipo, miedo a entrar en el quirófano o rechazo al sistema por las cicatrices que quedarán o si se va a notar el sistema… son otros aspectos que se evalúan para evitar ideas incorrectas y por lo tanto miedos o sufrimiento posterior y rechazo al sistema.

¿Y una vez realizada la evaluación, qué hacemos?

Hay aspectos que se pueden trabajar desde la terapia psicológica para asegurarnos la mayor eficacia posible de la terapia, como la ansiedad, la depresión y las expectativas irreales. También hablar con otros pacientes que ya llevan el sistema puede ayudar aclarando dudas. Esto sólo supone aplazar temporalmente el implante del sistema de neuroestimulación para asegurarnos mayor eficacia.

Actualmente varios psicólogos estamos trabajando estos aspectos a nivel grupal o individual y los pacientes han resaltado lo importante que ha sido este apoyo para ellos.

Esperamos que cada vez más pacientes candidatos a este sistema pueden beneficiarse de este apoyo psicológico para favorecer un mayor beneficio de la terapia.
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Almudena Mateos González

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Doctora en Psicología. Master en tratamiento del dolor. Actualmente trabaja en la Clínica del Dolor de Madrid del Dr. Reig y en el centro de psicología Positivamente. Es secretaria del grupo de trabajo “Psicología y dolor” del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, ha realizado diversas publicaciones, colabora con Boston Scientific y participa en el Master en investigación de enfermería en poblaciones vulnerables de la Universidad Autónoma.