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El tratamiento del dolor explicado a pacientes y profesionales de la salud

Por qué dibujar puede ayudarme a controlar el dolor 4.68/5 (53)

Seguro que los habéis visto. Han inundado los kioskos, las librerías, y los grandes almacenes. Hay infinidad de cuadernillos para pintar de colores estos preciosos dibujos llamados “mandalas”, que hemos importado de los países asiáticos. Algunos psicólogos recomiendan a sus pacientes con dolor que los utilicen, lo que deja “ojipláticos” a los familiares y amigos, cuando ven que los pacientes se ponen a colorear como críos…

No es una locura. Ni un capricho. Es algo que tiene una utilidad clara relacionada con lo que se llama “atención plena”: la atención es limitada. No podemos atender a muchos estímulos a la vez, y cuando algo focaliza totalmente nuestra atención dejamos de atender otras cosas. Las minimizamos, como si fueran la pantalla del ordenador que no estamos utilizando. Siguen allí, pero no nos molestan. Eso es lo que puede conseguir centrarse en completar estos intrincados dibujos.

mandala dolor

Pintar un mandala requiere concentración, fijarse en los muchos y pequeños detalles del dibujo para colorear exactamente cada uno con el color adecuado en el orden adecuado. Requiere también un control manual de precisión. Nuestro cerebro debe realizar un esfuerzo para realizar la tarea lo mejor posible, y mientras se ocupa de ello le resta espacio al dolor. No puede “hacerle caso”. Esa es la razón por la que pintar mandalas no es sólo una moda, sino un elemento que puede ser terapéutico y ayudarnos a mantener el dolor alejado durante un rato.

Pero no sólo los mandalas pueden ser de utilidad. El dibujo, la pintura, la escultura, la escritura… cualquier expresión artística que centre poderosamente nuestra atención, puede ejercer una función similar. Con la ventaja de que además puede servir como catarsis y permitir la expresión de emociones contenidas, para darles salida y convertirlas en algo manejable.

En la página Painexhibit  se recogen los trabajos artísticos de muchas personas que sufren dolor crónico. Muchas de ellas con fibromialgia.

Estas obras de arte son muy impresionantes por la carga emocional que encierran, independientemente de la calidad artística que cada uno pueda tener. El texto escrito por una de las artistas me parece especialmente revelador:

“El dolor es el principio y el fin de cada día para mí. He sufrido dolor crónico desde hace tanto que no puedo imaginar mi vida sin él. Así como mi dolor aumentaba o decrecía y el apoyo llegó a mi vida, me encontré pintando un incrementado número de auto-retratos. Tras ellos intento expresar sentimientos que no puedo poner en palabras. Son un intento de explicar el tormento por el que estoy pasando. Para mí, el crear arte es algo que hago para ayudarme a sobrevivir una vida de constante dolor. Es como si las pinturas se hubieran vuelto un expediente de mi dolor, dándole rostro a un enemigo que, si no, no tendría rostro”.

Este testimonio ejemplifica de maravilla el valor de la expresión artística. Este “ponerle rostro” al enemigo, produce una descarga emocional que supone una sensación de alivio. Es como golpear un saco de boxeo.

Así pues, ¡adelante!, coger los colores y lanzaros al ataque.

Dejaréis al dolor arrinconado como se merece.

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Milena Gobbo

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Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en modificación de conducta y terapia cognitivo conductual, con formación de postgrado en diagnóstico y tratamiento en diversas áreas, siendo la del dolor crónico, fibromialgia y enfermedades reumáticas dónde mayor experiencia posee. Es también docente y autora de diversos artículos y trabajos científicos en dolor y enfermedades reumáticas. Entre otros cargos, es miembro fundador y actual presidenta de OpenReuma (Asociación de Otros Profesionales en Reumatología), y coordinadora del grupo de trabajo “Psicología y Dolor” del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Actualmente trabaja en el centro de psicología Positivamente.

5 comentarios en «Por qué dibujar puede ayudarme a controlar el dolor»

    • Pinto a partir del diagnóstico que puso fin a mi vida laboral por aquel entonces.
      Aunque no siempre la intensidad del dolor y la fatiga me lo permiten, pintar me evade, atrae mi atención. Me satisface tanto realizar algún buen trabajo! Y ese animo me hace seguir creciendo. Ceder todo el protagonismo de nuestra vida al dolor no es una opción. Aceptarlo si, pero como una circunstancia más de la vida con la que seguir adelante.
      Incluso cuando no se puede pintar, se puede pensar y planear un tema.
      A mí me salva la vida 🙂

  1. Absolutamente cierto Paloma. Dependiendo de la zona que duele, la ergonomía también debe tenerse en cuenta para mantener posturas adecuadas o proteger zonas sensibles.

  2. A mi me entretienen mucho las labores, pero es muy importante mantener y buscar la postura para no tener más dolor de espalda, muy importante!!

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